El Madero Viejo Israel Con Su Nombre Jesus Part 2
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Nuestro Padre celestial tenia que darle su santo nombre fuego a Moisés para que Israel finalmente lo posea perpetuamente, ya que, él necesitaba manifestar sus glorias y maravillas de su nombre, para que los egipcios los dejen ir de sus tierras a vivir a su nueva tierra, esperándolos para reinar sobre ellos con su santo nombre fuego y nuevas glorias conquistadas, perpetuamente. Al nuestro Padre celestial entregarle su santo nombre fuego a Moisés para que Israel lo posea, entonces realmente él les estaba entregando poderosos milagros que no solamente cambiarían sus vidas pero igualmente las vidas de las familias de las naciones, porque él necesitaba que el mundo conociese su santo nombre como un fuego ardiendo sobre su altar, bendiciendo toda vida creyente universalmente.
Así es como nuestro Padre celestial finalmente hizo que Israel abandonará Egipto bajo la cubierta de grandes milagros, maravillas, que no solamente los egipcios junto con los israelitas eran testigos de los eventos, pero asimismo, todas las naciones en derredor: porque todos por todas partes se informaban de lo que sucedía cuando el nombre santo era invocado por Moisés y por Aarón. Además, nuestro Padre celestial realmente necesitaba que Israel finalmente descendiese en el mar Rojo, porque él necesitaba que cada pecado que había sido acumulado por la carne del convenio nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, descienda hacia el infierno tormentoso con la carne pecadora, para que Israel se vista de la carne sagrada para salvación de todos mundialmente.
Ya que, Israel iba a morir en el desierto del Sinaí por culpa de su desobediencia hacia él y su nombre bendito, visto que, Israel después de haber esperado por Moisés por cuarenta días y por cuarenta noches, entonces ellos le dijeron a Aarón de que ellos no entendían, porqué Moisés tardaba tanto, y que ellos necesitaban adorar a Dios ya. Aquí es cuando, Aarón dijo que le trajesen todas las joyas de oro recibidas de los egipcios, para tirarlas en el horno ardiente, para ver que saldría del fuego, y lo que salga de él, entonces eso seria lo que iban a adorar todos en Israel, porque Moisés no había dejado con ellos ninguno de los dioses, que necesitaban, para adorar.
Aquí es cuando, nuestro Padre celestial le dijo a Moisés que descienda a Israel del monte Sinaí, porque su gente que él sacó del cautiverio egipcio con grandes despliegues de su santo nombre fuego, entonces, que ahora estaban corrompidos: por ello, él tenia que ir y ver qué es lo que han hecho, para detener el mal antes que se riegue por doquiera. Y al Moisés descender del monte Sinaí, entonces tenia las dos tablas de piedra de los Diez Mandamientos en sus brazos, que a él acercarse al campo israelí inmediatamente percibió gente celebrando y bailando, que alguien cerca de él, le dijo: suena como clamor de guerra, algo ha sucedido en el campo israelí sin duda, cuando estábamos lejos de él.
Sin embargo, Moisés dijo: Negativo, no es clamor de guerra, porque se oye que celebran y bailan sobre algo que ocurrido entre ellos, y de esto es lo que el Padre me dijo—que a él decir estas palabras, entonces las tablas de los mandamientos cayeron al pie del monte Sinaí, reventándose completamente, porque juicios venían en contra de toda idolatría israelí. Nuestro Padre celestial le dijo a Moisés: Lo que los israelitas han hecho ha sido muy mal y yo no esperaba esto de ellos, de ninguna manera. Sin duda, yo estoy listo para matar a cada uno de ellos hoy mismo, por todo lo que han hecho en mi contra, mi Hijo Jesucristo y mi Espíritu Santo, pero de ti yo haré una gran nación mejor de lo que ellos jamás podrán ser ante ti.
Aún con todo lo sucedido, Moisés oró hacia nuestro Padre celestial, rogándole que por favor no matase a todo Israel en aquel día de rebelión, porque si él ejecutaba su juicio divino, como él ya lo había dicho, ¿entonces qué es lo que los egipcios y las naciones dirán sobre ti y sobre tu santo nombre fuego? Probablemente ellos dirán que tú los sacaste del cautiverio egipcio al desierto para matarlos, porque no podías más con ellos. Y, entonces, ¿qué harás tú con tu grande y maravilloso nombre fuego? Y que estás listo ya para establecerlo sobre tu altar antiguo sobre el monte santo de Jerusalén, para que reine con sus maravillas sobre las naciones del mundo entero, para siempre.
Ya que, tú has tomado a Israel del cautiverio egipcio, para exaltar tu santo nombre fuego sobre tu altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para ser establecido perpetuamente en Canaán, para renacer con el bautismo de tus hijos legítimos, sumergidos todos en el fuego de tu grande gracia, misericordia, verdad y justicia divina, para siempre. Entonces nuestro Padre celestial le dijo a Moisés: Yo no matare a Israel hoy ni haré de ti una nueva nación como lo había declarado: pero el alma que pecare en contra de mi santo nombre fuego, yo borrare su nombre de mi libro, para que jamás vuelva a pecar en contra de mi voluntad soberana para con la humanidad entera.
En este día, nuestro Padre celestial decidió oír la oración de Moisés para que Israel viva, pero únicamente hasta que sus hijos nazcan, que él le había prometido a Abraham por medio del convenio de vida establecido con él y el vientre estéril de su esposa Sarah, para que sus bendiciones continúen descendiendo sobre Israel y sobre las naciones mundialmente, para siempre. Ciertamente, que al pasar el tiempo, Israel antiguo moría en el desierto del Sinaí, dando vida a una nación nueva de hijos, que cruzarían el río Jordán para poseer Canaán: para que finalmente nuestro Padre celestial levante su santo nombre fuego sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con su Espíritu Santo, para cumplir con su propósito eterno.
A tiempo, el Israel antiguo murió, descendiendo al Valle de los huesos secos, porque la carne pecadora jamás podía entrar a Canaán, excepto en cenizas, por culpa del pecado del becerro de oro que recibieron, adorándolo y danzando por él, aceptándolo así como los dioses libertadores de Egipto, haciendo así que la ira de nuestro Padre se encienda en contra de ellos furiosamente. Nuestro Padre celestial necesitaba llevar a Israel a Canaán, porque ellos eran los únicos que podían exaltar su santo nombre fuego no solamente sobre Satanás y sus ángeles caídos, que habían intentado exaltarse ellos mismos sobre su nombre en el cielo angelical, pero él se lo había dado a Moisés expresamente, para que todo Israel lo exalte sobre el mundo entero, infinitamente.
Por ejemplo, al Lucifer tratar de exaltar el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial en el cielo con una tercera parte de los ángeles, entonces él trató de exaltarse él mismo sobre él, porque no lo entendía jamás, finalmente decidió de que él seria él exaltado, y así terminó lanzado al infierno por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Seguramente, cuando alguien es bautizado, invocando el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, entonces Satanás tiembla miedoso, increíblemente, y él tiene que partir de la persona que está siendo bautizada, para que la carne pecadora descienda al infierno tormentoso, para que el renacido del agua vista la carne sagrada que dijo: ángel de la muerte, ¡Yo soy tu muerte!
En el cielo, Satanás trató de exaltar el santo nombre fuego que él jamás fue llamado por nuestro Padre celestial ni por su Hijo Jesucristo ni por el Espíritu Santo para hacerlo así, porque esto era algo reservado para sus hijos renacidos de su imagen por medio de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, manifestado finalmente sobre su altar antiguo, en Canaán. Y este es Israel, porque Israel nació del Hijo amado de nuestro Padre celestial cuando el Espíritu Santo entregaba a Isaac como único hijo de Abraham, para que viva en su familia como el templo del santo nombre fuego que Lucifer con sus ángeles falló en exaltarlo, pero terminaron de tratar de exaltarse ellos mismos sobre él, entonces toda rebelión nació universalmente.
Ciertamente, cuando su Hijo Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, entonces fue para exaltar el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial por medio del Israel antiguo desde el Valle de los huesos secos, pero primero tenia que destruir el reino de Satanás y la muerte: para que el nombre santo reine soberanamente sobre el mundo entero, perpetuamente. Además, esto fue algo que solamente el Israel antiguo lo podía hacer eficazmente, pero tenían que ser levantados del Valle de los huesos secos por nuestro Padre celestial, por su Hijo Jesucristo y por el Espíritu Santo con grandes misericordias eternas: para que Israel finalmente levante su santo nombre fuego, ardiendo apasionadamente sobre el mundo entero, y victorioso sobre todo mal, perpetuamente.
Por eso, es que cuando nuestro Señor Jesucristo estaba listo para dar toda su vida mesiánica para que Israel viva sobre el monte Sión eternamente justificado, entonces él se acercó al Sanedrín, para informar a Caifás, el sumo sacerdote Levita, diciéndole: Destruye éste templo (hablando de él mismo) y lo levantare en tres días hacia la vida, para jamás volver a morir. Ahora, nuestro Señor Jesucristo estuvo listo para decirle al sumo sacerdote que lo matase, entonces fue porque él ya había destruido toda obra de Satanás en contra de Israel por el poder del nombre fuego, dado a él por el Padre celestial: porque por todo Israel el pecado murió, para que el nombre santísimo sea levantado victorioso sobre toda la tierra, finalmente.
Además, los únicos que podían hacer todo esto para nuestro Padre celestial, por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo que había derrotado a Satanás y sus obras en Israel, entonces fue únicamente el Israel antiguo (pero lleno del Espíritu Santo), levantados del Valle de los huesos secos para ser finalmente establecidos sobre el altar de Abraham e Isaac, victoriosos perpetuamente. Puesto que, nuestro Padre celestial había dicho de todo Israel: Yo los constituiré como luz para las naciones gentiles, llevando mi salvación con mi santo nombre fuego ardiendo hacia todos los confines de la tierra, para que todo hombre, mujer, niño y niña encuentre vida abundantemente en esta vida y en la venidera del nuevo reino angelical, hacia toda la eternidad celestial.
Ciertamente, tan pronto el Sanedrín recibió el poder para matar al Hijo amado de nuestro Padre celestial, entonces lo hicieron sin más demora, porque él tenia que tomar al Israel antiguo llenó de los pecados de las familias de las naciones, al monte Sión, como el madero que tenia que ser clavado a su carne sagrada para que todo pecado muera, perpetuamente. Al ser nuestro Señor Jesucristo clavado al madero, que en vida fue el Israel antiguo, que había nacido y vivido en el cautiverio egipcio, por cuatrocientos años, sufriendo los pecados del mundo entero, entonces al nuestro Padre celestial derramar de su semilla santa, que es la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, instantáneamente el pecado murió en Israel, endulzando su nuevo hogar, perpetuamente.
Aquí es cuando, nuestro Padre celestial finalmente cumplió con su llamado sobre Israel al decirles: Todos ustedes son dioses, sacerdotes y templos de mi santo nombre fuego, ardiendo apasionadamente sobre la cima del mundo entero victorioso en contra de Satanás y de sus mentiras que han creado mucha confusión y destrucción entre las familias de todas las naciones, de la humanidad entera. Por eso, es que nuestro Señor Jesucristo se acercó a los sacerdotes Levitas para dejarles saber que tenían el poder para matarlo, porque él necesitaba ser clavado al madero, que en vida fue el Israel antiguo llenó de los pecados del mundo entero, para que sean destruidos inmediatamente, y así sean todos hechos dioses, sacerdotes y templos a su nombre bendito, perpetuamente.
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Visto que, al nuestro Señor Jesucristo ser clavado al madero, que en vida fue la carne sagrada de las familias del Israel antiguo, yaciendo en el Valle de los huesos secos, entonces regresaron a nuestro Padre celestial, ya que cada pecado había muerto en el mundo entero, para poder levantar finalmente su santo nombre fuego sobre su altar del amor eterno, infinitamente. Y éste es el lugar, en donde ellos están presentemente sobre el monte Sión, sosteniendo el santo nombre fuego de nuestro Padre celestial, y victorioso sobre la muerte del pecado, Satanás y el infierno: porque lo que su Hijo Jesucristo hizo, poniendo su vida santísima sobre el madero, que es Israel regresando a la vida victorioso sobre todo mal, es salvación nuestra, eternamente.
El Israel antiguo jamás pudo abandonar el Valle de los huesos secos, ni menos ascender el monte Sión y establecerse sobre el altar antiguo, ardiendo en el amor prehistórico, que Abraham e Isaac incendiaron no solamente para que Abraham renazca del fuego de la gracia, misericordia, verdad y justicia divina, pero igualmente sus hijos y las naciones, si Jesucristo les hubiese fallado. Visto que, éste es el único lugar en donde nuestro Padre celestial prometió no solamente a los hijos de Abraham reencontrarse con ellos, pero asimismo con cada hombre, mujer, niño y niña de todas las naciones, al ser bautizados en agua: invocando la perfecta santidad de su nombre fuego y de Jesucristo y del Espíritu Santo, haciéndose así sus hijos legítimos, finalmente.
Por eso, es que cuando tú eres bautizado en agua, invocando al Padre, al Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, entonces la carne pecadora descenderá al infierno tormentoso, en donde pertenece estar perpetuamente junto con Satanás y sus ángeles caídos y sus enfermedades, problemas, pobrezas y maldiciones, para vestir la carne sagrada llena de los siete años de riquezas lloviendo por doquiera. Éstas son riquezas inagotables que nuestro Padre celestial ha enviado sobre toda la tierra, por el convenio de vida establecido con Abraham, para que él pueda recibir a sus hijos prometidos e incontables como las estrellas del cielo, pero igualmente, a los hijos de todas las familias de las naciones: porque es necesario enriquecer su santo nombre por medio de ellos, siempre.
Empero, Satanás siempre seguirá los siete años de bendiciones y de abundancias de Israel y de las familias de todas las naciones con sus siete años de hambre, y que todos los pueden evitar con Israel y con cada hombre, mujer, niño y niña del mundo entero, siendo bautizados en agua y en el Espíritu Santo: porque el bautismo lo protege todo. Porque cuando eres bautizado en agua y en el Espíritu Santo, entonces Satanás no tiene poder para acercarse a ti ni a los tuyos ni menos (poder) para tocar lo tuyo, ya que tú no vives más en la carne pecadora obedeciendo mentiras, pero ahora vives en la carne sagrada que obedece toda palabra del Padre, para que riquezas insondables continúen descendiendo.
Éste fue el secreto de José en Egipto, porque él amó, sirvió y alabó al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo sobre el altar del amor prehistórico de sus abuelos Abraham e Isaac, descendido del cielo, inicialmente para bautizar a Abraham y a Jacobo junto con sus hijos por nacer como la arena del mar, para que todos ellos vivan enriquecidos, siempre. Es decir también de que cuando José interpretó los dos sueños de Faraón de las siete vacas gordas y hermosas junto con las siete que eran flacas y feas, y los granos muertos comiéndose todos los granos buenos, entonces el Padre le dio las interpretaciones, pero igualmente su Hijo Jesucristo con el Espíritu Santo administraban las riquezas que descendían sobre todo Egipto.
Por ende, fue nuestro Padre celestial dándole los sueños, interpretándolos, regando desde el cielo abundante riquezas por toda la tierra por siete años, entonces fue José obediente siempre como su representante personal en Egipto, para que su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo administren cada bendición descendida del cielo, enriqueciendo así a todos continuamente en todas las naciones. Porque fielmente fue nuestro Padre celestial entregando su santo nombre fuego junto con las bendiciones y riquezas inagotables, cayendo sobre la tierra, para que Israel las administre así como José lo hizo sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo como desde donde exactamente las riquezas llueven copiosamente sobre las naciones, para que Satanás sea derrotado en su hambruna mundial, siempre.
Ciertamente, nuestro Señor Jesucristo les enseñó en Israel que ésta salvación, hablando de él mismo, pertenece al Israel antiguo que se había vuelto polvo, y luego árboles sobre el monte santo de Jerusalén y el altar del amor prehistórico, que Abraham e Isaac incendiaron, y en donde seria clavado finalmente, derramando así su sangre reparadora, para que su salvación sea posible universalmente. Ahora, cuandoquiera que tú llegues al altar del amor prehistórico, en donde Abraham ofreció a su hijo Isaac como la ofrenda encendida y últimamente nuestro Padre celestial ofreció a su Hijo Jesucristo asimismo, clavado al madero del Israel antiguo, convirtiéndose así todos en dioses, sacerdotes y templos a su santo nombre fuego, destruyendo todo pecado para salvación eterna, entonces tú conocerás riquezas interminables.
Por ende, tú conocerás riquezas como jamás lo pensaste posible, entonces será porque aquí es en donde nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo, clavado al Israel antiguo, convertido en madero, terminó con el pecado universalmente en un solo día, cuando la sangre reparadora corrió a tierra, enriqueciéndola grandemente, para que reciba siempre los siete años de tus abundantes riquezas. Indiscutible, tú necesitas ascender al altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para que te reencuentres con nuestro Padre celestial en persona, en donde tu pecado ya no existe más, y en donde finalmente tú renacerás de su imagen y de su alma viviente, únicamente conociendo riquezas prometidas a Abraham y a sus hijos incontables, perpetuamente.
Éste es un lugar maravilloso de estar siempre y al menos una vez en tu vida, porque aquí es donde nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo te bendicen con riquezas inmensas, prometidas a ti en el convenio de vida de Abraham, que realmente es el convenio de riquezas cotidianas para ti, los tuyos y amistades, perpetuamente. Sin duda, únicamente Israel es el madero antiguo levantando su santo nombre fuego con Yeshua (Jesucristo) sobre todo lo alto del mundo y del reino de los cielos: Enriqueciéndote todos los días de tu vida, en esta vida y en la venidera como en La Nueva Jerusalén celestial hacia toda la eternidad venidera. ¡Amén!
Please continue part 3
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